En mis últimos artículos, reflexioné sobre vivienda y tipos de ciudades proyectadas para el 2050. En esta oportunidad, de manera menos crítica y más propositiva, expongo las ventajas de reutilizar arquitectura. Aunque el término puede generar debate dentro del sector, mi objetivo no es divagar en su significado, sino en lo que podría aportar para el futuro.
Como expuse anteriormente, es común que la tendencia arquitectónica predominante en el país sea la “construcción nueva'”. Sin embargo, en esta ocasión, resalto las fortalezas y oportunidades de reutilizar viviendas existentes y como desde nuestra perspectiva como arquitectos y usuarios, podemos dar nueva vida a estos inmuebles, que podrían considerarse verdaderos "diamantes en bruto", satisfaciendo así, las necesidades de los colombianos sin recurrir a la construcción de nuevas edificaciones o a la demolición.
Antes de respaldar la reutilización arquitectónica, me gustaría destacar una de las principales problemáticas ambientales asociadas a la construcción. Se estima que este sector es responsable de entre el 38 % y el 40 % de las emisiones globales de dióxido de carbono en el mundo. Según el artículo “Building strategy to look at embodied carbon says government” publicado por la BBC News, la producción de hormigón sola contribuye al 8 % de la contaminación global.
Además, es crucial considerar que el final de la vida útil de las edificaciones conlleva el derribo de edificios y partes estructurales, el uso de maquinaria pesada y el desperdicio de materiales que genera niveles insostenibles de emisiones de carbono. El informe sobre la situación global de los edificios y la construcción en 2022 revela su preocupación al anunciar que 'El sector de edificios y construcción no está en camino de lograr la descarbonización para 2050.
Las imágenes asociadas a este artículo hacen parte de la biblioteca de Wix, para ilustrar los textos. Las opiniones aquí expuestas son de mi autoría y no están relacionadas con la opinión de la plataforma.
Entonces, de esta primera reflexión, propongo crear consciencia sobre la idea de dominar el mercado mediante construcciones nuevas, cultivando así la idea de pensar diferente sobre la arquitectura existente, a menudo considerada obsoleta pero que, con una proyección guiada por la economía circular, se puede contribuir incluso a la reducción de dióxido de carbono del planeta.
En una escala urbana, rehabilitar la arquitectura puede impactar positivamente las dinámicas de las ciudades. Por ejemplo, el barrio San Felipe en Bogotá, en el centro de la ciudad, ha experimentado transformaciones gracias a pequeñas intervenciones de artistas millennials, que, con una buena planificación asociada al uso de la arquitectura (que a hoy cuenta con 50 años de antigüedad) han convertido un barrio de talleres y locales en un espacio cultural a cielo abierto.
Finalmente, a nivel arquitectónico, propongo analizar algunos puntos que promueven el uso de la arquitectura existente y que la vivienda actual no nos ofrece, como lo es la calidad espacial. Para nadie es un secreto que las viviendas antiguamente tenían más área, esto debido a las tallas de las familias de la época. Por otro lado, estas viviendas cuentan con iluminación y ventilación bien resueltas, y a su favor existe una amplia variedad inmobiliaria para escoger, teniendo en cuenta criterios como estrato, barrio, ciudad y presupuesto, contando que la copropiedad puede ser un aliado para adquirir inmuebles de elevados precios. Nada que no se pueda solucionar con un análisis de proyección de la vivienda.
Entonces, la pregunta que me surge es: ¿por qué no darle una oportunidad a la arquitectura existente?
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