No es un secreto para nadie que la crisis inmobiliaria, la inflación post-COVID y los contextos políticos de cada país han dificultado que las personas tengan acceso a bienes básicos, como la vivienda. En este artículo, me centraré en los millennials, que son la generación que se encuentra entre los 30 y 40 años actualmente, siendo estos los individuos que conforman una parte fundamental de la fuerza laboral y que, conforme avanzan en sus vidas, son los mayores interesados en la búsqueda de 'la estabilidad', siendo la posesión de una vivienda propia uno de sus anhelos más profundos.
Antes de abordar el tema de la vivienda, vale la pena destacar algunas características de los millennials. Son conocidos por ser tecnológicos, siendo la primera generación que experimentó el auge de Internet durante su adolescencia, lo que facilitó el acceso a la educación informal. Aunque son una generación estudiada, se enfrentan a pocas ofertas laborales, cambian de trabajo con frecuencia y a menudo son juzgados por ser percibidos como sensibles y débiles. Esto contrasta con las generaciones anteriores que, a la edad de los millennials, ya habían establecido hogares y acumulado suficientes bienes que simbolizaban el éxito en sus vidas.
No obstante, al estudiar el contexto histórico y económico de los millennials, es crucial destacar dos eventos que cambiaron el panorama de esta generación: la crisis económica del 2008 y la pandemia. Estos sucesos afectaron a aquellos que comenzaban su vida laboral para esta época y que para el 2020 intentaban mantener su estabilidad económica, sumiéndolos en una economía inflada y competitiva, con pocas ofertas laborales y salarios bajos. Además, enfrentando el pago de grandes créditos que financiaron sus carreras, lo que les obliga a aceptar ofertas laborales decadentes en un mercado saturado de profesionales para cumplir con sus obligaciones. Esta realidad económica lleva a muchos millennials a cuestionarse si lograrán el propósito de adquirir una vivienda propia y digna, especialmente cuando muchos ya han renunciado a la idea de tener una pensión.
Este cuestionamiento nos lleva a la segunda parte del artículo que es explorar la involución de la vivienda, partiendo del contexto mundial de la posguerra hace aproximadamente 80 años atrás, donde el presupuesto y la materia prima de muchos países destinados a la guerra se reinvierten en la industria, impulsando las economías, generando así la migración de poblaciones a las grandes ciudades en busca de trabajos bien remunerados, lo que impulsó la construcción de viviendas y el urbanismo para dar cabida a la creciente población en busca de oportunidades.
Aparentemente, un próspero período de posguerra y un futuro prometedor llevaron a arquitectos y constructores a reconstruir ciudades devastadas, satisfaciendo así las necesidades de vivienda hasta dos generaciones: los baby boomers y la generación X. Por ejemplo, solo en Estados Unidos, se construyeron 1.7 millones de viviendas modulares prefabricadas de estilo americano para el año 1950, que contaban con un mínimo de 100 m² a precios asequibles y subvencionadas por gobiernos que podían ser pagadas en 3 años de acuerdo con el presupuesto de una persona de la época. Estas residencias eran respaldadas por los sólidos salarios de la época siendo el hombre el sostén económico de la familia, tal como se relata en el documental 'Millennials: La Generación más POBRE en la Historia'. Si comparamos este período con el presente, remarcamos que incluso cuando las dos personas que conforman un hogar solventan los pagos de créditos de vivienda con sus salarios, el proceso de pago puede extenderse hasta 20 años para adquirir una vivienda de 35 m² o menos, esto gracias, como mencioné anteriormente, a la crisis inmobiliaria del 2008, la pandemia y la necesidad de densificar las ciudades.
A lo largo del pasado 2023, diversos influencers destacaron en las redes sociales con publicaciones relacionadas con la crisis inmobiliaria mundial y la inflación. En ellas, se analizaba el motivo de los precios elevados de la vivienda y las altas tasas de interés, contrastándolos con el desinterés de las personas en invertir en propiedades. La incertidumbre persiste en esta generación; las personas continúan preguntándose cuándo se romperá la burbuja inmobiliaria, si las tasas de interés disminuirán o si será posible obtener un subsidio o crédito para la vivienda. La realidad es que hasta que no se presenten oportunidades a favor de los usuarios, esta tendencia seguirá en alza, lo que implica la intervención del gobierno y de los profesionales de la construcción.
El propósito de este artículo es exponer la realidad con el objetivo de abrir los ojos al hecho de que es necesario ser reactivos. Esto implica reconocer, en primer lugar, que los modelos de vida heredados de las generaciones anteriores están obsoletos y que para aspirar a obtener los beneficios que abuelos y padres tuvieron en su época, puede pasar tiempo antes de que las economías se reorganicen. No obstante, con recursividad y creatividad de nuestra parte, como millennials, tenemos la oportunidad de abordar las cosas de manera diferente y darnos la posibilidad de ser conocidos como la generación que tuvo éxito a pesar de las dificultades. Por ello, te invito a leer mi próximo artículo, donde analizaré nuevas tendencias económicas y modelos millennials desarrollados para la vivienda que inspiran a encontrar soluciones inteligentes a la crisis.
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